El proyecto Omnívoro comienza en Valencia, en el año 2002. Allí, compartiendo espacio con ilustradores, sacábamos adelante proyectos comunes a la vez que atendíamos a nuestros clientes particulares. Principalmente dedicados a prestar servicios al sector cultural, también realizábamos proyectos de packaging para alimentación y participábamos en proyectos museográficos.
En 2008, comienza una nueva etapa al regresar a Tenerife después de pasar por diferentes lugares, personas y voluntades. Omnívoro Estudio Gráfico queda configurado definitivamente en el equipo de tres integrantes que somos hoy.
La identidad gráfica de cualquier proyecto, producto, institución o empresa es un pilar fundamental en su funcionalidad. Una comunicación gráfica errática y dispersa puede dejar en entredicho la eficacia y solvencia de la empresa o proyecto que representa.
Nuestro estudio está especializado en desarrollar y dar forma a las líneas estratégicas de comunicación de empresas e instituciones y de sus productos y servicios. Lo hacemos a conciencia, estudiando cada caso, investigando sus circunstancias, ingeniando soluciones estratégicas y dándoles forma visual para hacer tangible atributos, valores y potencialidades.
Poner en el mercado un producto y hacerlo con garantías es un reto importante. Requiere una gran inversión en su desarrollo y producción, así que el packaging es una pieza clave para garantizar su éxito y rentabilidad. Sustentados sobre activos importantes de las empresas, los proyectos de packaging requieren normalmente una inversión consecuente y plazos de desarrollo que permitan una ejecución fiable.
Conscientes de la importancia del proyecto de packaging, nuestro estudio valora las posibilidades de producción, los costes de implementación, los materiales y soluciones que minimicen el impacto sobre la empresa, y damos soluciones que aporten garantías de éxito al producto.
Los museos, salas de exposiciones o centros de interpretación son infraestructuras concebidas para la actividad didáctica, donde las piezas o elementos expuestos se muestran en un contexto que ayuda a su comprensión y disfrute.
Dar forma a los contenidos de una exposición implica trabajar en la búsqueda de las emociones del observador, que debe encontrar en estos espacios las sensaciones que despierten su curiosidad, informaciones que les revelen conocimiento y emociones que fragüen en una experiencia y recuerdo perdurable.
Para nosotros es imprescindible la búsqueda de esas sensaciones creando atmósferas favorecedoras a través de la iluminación, de la definición del mobiliario, de la creación de los contenidos, de los ritmos de las visitas y de su correlación con los espacios... Un proyecto expositivo, independientemente de su escala es un reto apasionante en el que siempre tratamos de asegurarnos de dejar huella en sus espectadores.